Para golosos.
Necesitamos.
Berenjena
Miel
Avellanas tostadas (o no, u otro fruto seco)
Manzana
Aceite
Primero cortas la berenjena en láminas todas del mismo grosor.
Y la doras en una sartén con un poco de aceite. No mucho para que no chupe una cantidad excesiva, pero tampoco poco para que no se hagan a la plancha, si no fritas…
Y las pones a escurrir en un papel de cocina para que suelten el exceso, aunque se quedarán empapadillas de aceite… forma parte de la gracia del postre. Lo graso y dulce nos chifla.
Por otra parte, mezclas la miel y las avellanas algo picadas… o no.
Y montas el plato enrollando dentro de la berenjena un poquito de la mezcla de miel y avellanas. Otro poquito fuera y listo. Añádele las manzanas. Cuanto más ácidas, mejor. Nada de manzanas dulces. Una granny Smith le iría de coña.