«Pienso para humanos». Parte 8.

Qué me sienta bien y qué me sienta mal.

Si te decantas por la primera de las opciones y te puede la curiosidad, será más interesante que elimines durante un tiempo (al menos 2 ó 3 semanas) un alimento (por ejemplo el trigo). Ahora bien, la conclusión no es tan sencilla, puesto que en vez de trigo estarás comiendo otra cosa, salvo que extrañamente decidas quitarlo a costa de pasar hambre. En cualquiera de los dos casos eliminas una variable pero varías tu alimentación al incrementar otros productos o disminuyendo la cantidad de comida en general.
Las conclusiones a las que llegues, en justicia, no serán nunca del estilo de “el trigo me sienta mal”, sino siempre orientadas a “sustituir trigo por ¿lechuga? me sienta bien”. De cualquier modo habrás llegado a conocer una forma de mejorar tu salud.

Pero, ¿y qué pasa si no observo ninguna diferencia? Pues, igual que no podíamos llegar a conclusiones definitivas de si el trigo te sentaba mal, tampoco en este caso podremos llegar a decir que el trigo te sienta, definitivamente, bien.

Así que necesitaríamos diseñar una estrategia algo más complicada y que podría ser del siguiente modo:
1. Elimina el trigo durante dos semanas y sustitúyelo por verduras.

a. Si te encuentras claramente mejor, empieza a sospechar del trigo negativamente y de las verduras positivamente.
. Elimina ese aporte extra de verduras y sustitúyelo por otro alimento (¿pescado?)
-Si te encuentras igual de bien, olvídate del trigo (puedes seguir experimentando, pero ya empieza a estar bastante claro al llevar dos semanas más dos semanas sin consumirlo)

-Si das un paso atrás, sospecha del pescado y abraza las verduras como fundamentales en tu dieta (podrás igualmente seguir comprobándolo)

b. Si te encuentras más o menos igual, déjalo todo en stand by y pásate a otro alimento.
c. Si te encuentras peor, empieza a sospechar del trigo positivamente y de las verduras negativamente (esta situación es muy poco habitual y merecerá la pena que vuelvas a eliminar durante dos semanas el trigo y que ahora lo sustituyas por otras verduras radicalmente distintas, por ejemplo).

¿Y cuánto tiempo estoy en cada fase? Platéatelo a dos semanas vistas para cada punto, de modo que, si el asunto es muy evidente, en cuaro semanas tienes chivo expiatorio. Puedes tardar otras dos más o incluso darle todas las vueltas que quieras, pero en ese momento habrás dado un paso de gigante para tu salud.
Pero no te conformes con eso, continúa cuestionándotelo todo, empezando por todo lo que te estoy contando, y comprueba en ti mismo qué es lo que hace que disfrutes de un estado de salud fantástico día a día. Porque no hay que irse a grandes enfermedades para saber si uno está sano o no.

Esta forma de experimentar no es perfecta, por otra parte como cualquier experimento, en particular si lo practicas en humanos y más aún si tú eres el juez de los acontecimientos. Por eso debes ser muy justo y dar como válidos sólo aquellos resultados más que claros. Del mismo modo, esos resultados no serán definitivos. Según tu estado de salud mejore o cualquier otra circunstancia cambie, todo podrá variar ligeramente, así que adáptate a las situaciones que se vayan dando y continúa haciendo ligeros experimentos para comprobar cuál es la situación. No será difícil, puesto que a poco que tengas algo de vida social te surgirán mil y un situaciones en las que la visita a la pizzería sea obligada, la comida familiar inexcusable o faltar a la comida de empresa haga que tu trabajo peligre. Así que relájate, será imposible mantener constantemente un control total, y esas circunstancias te servirán para notar variaciones.
De cualquier modo, resultará evidente tu estado de salud cuando te mantengas cercano a la multitud de alimentos que te sentarán genial y alejes de ti los que no te benefician. Nadie dijo que tuvieras que comer de todo… o sí?… bueno, creo que de esto ya hemos hablado. Come de todo. De todo lo que te siente bien y que sea de calidad.
Pero si lo que buscamos son pruebas inexcusables en contra y a favor de algunos alimentos, puede que éstas no aparezcan de modo tan fácil. No será lo habitual pero en ocasiones ocurre. Tal vez porque tu forma actual de comer ya sea muy buena, porque tu situación sea algo compleja tal vez por partir de alguna situación digestiva que no va muy allá o por algún otro problema de salud, o simplemente porque a veces no resulta tan sencillo. En este caso, puedes optar por la siguiente opción o seguir el consejo que te propongo al final, y no por ello en absoluto el menos importante, de acudir a un profesional de la nutrición.

Quiero encontrarme bien ya.

Hasta aquí la parte específica para curiosos que necesitan saber qué demonios les está sentando mal y aficionados al Cluedo que precisan de ajusticiar al culpable.
Si estos no son tus intereses y lo que necesitas es encontrarte bien ya, hay una opción sencilla aunque en apariencia un poquito exagerada. Elimina lácteos, cereales, azúcar y margarinas de tu dieta y come lo más sano posible eligiendo los alimentos de mayor calidad que puedas. Será un cambio drástico… en tu salud. También en tu día a día, pero sobre todo, en tu salud.
Necesitarás poco tiempo para ir comprobando los beneficios y en menos de un mes deberás encontrarte muchísimo mejor. Todo dependerá del nivel de compromiso que adoptes, evidentemente.

De cualquier modo, todo lo que hemos visto en este capítulo sobre quitar alimentos, puede requerir de la ayuda de un profesional de la nutrición para que te sea más sencillo y si te resulta más cómodo o seguro. Plantéate estos cambios como lo que son, una forma de mejorar tu alimentación guiándote por las señales de tu propio cuerpo. Cualquier alimento del que, sin realizar esta especie de sistema de detección, sospecharas como causante de algún malestar, directamente tenderías a eliminarlo de tu dieta lo más definitivamente. Haz aquí lo mismo pero de modo más intencionado y, si resulta que en apariencia muchos productos parecen sentarte mal, consulta con un profesional. Porque entenderás que individualizar tu problema con un libro resulta imposible y siempre viene bien pedir ayuda cuando uno se mete a mayores.
Pero lo que te propongo es algo muy habitual. Imagínate la siguiente situación: llevas una temporada sintiendo pesadez después de cenar, durmiendo mal e incluso despertado con mal sabor de boca u otras sensaciones extrañas y poco agradables. No te hace falta un libro para sospechar que las cenas no te están sentando muy allá y, tal vez, empezar a intuir que cenar aperitivo, primer plato, segundo y postre tal vez sea excesivo y que algo haya cambiado en tu organismo para que esta tendencia haya dejado de sentarte bien. Tú mismo tenderías a limitar las cantidades y comprobar si al día siguiente te encuentras mejor. De eso se trata: formula una hipótesis y compruébala. Puro método científico.
Aun así, plantéale a tu nutricionista cuáles son los cambios que quieres realizar para que te ayude. Existen circunstancias especiales, relaciones cruzadas entre alimentos e interacciones entre ellos que conviene tener en cuenta y que se escapan del objetivo del libro.

Por qué los alimentos que estoy diciendo y no otros.

Mi experiencia clínica y la de multitud de profesionales desde ámbitos y perspectivas muy distintas, coincide en considerarlos culpables de manera general de gran parte de los problemas digestivos y de salud que aquejan a la mayor parte de las personas.
Sin embargo, este aporte tiene tanta validez como intentar orientarte confiando en cualquier otra visión del problema, muchas de ellas absolutamente contrapuestas a lo que te propongo.
Así que no nos queda más remedio que “posicionarnos”. Pero no como quien elige ser de un equipo deportivo u otro. Aquí podemos elegir el equipo que nos da más satisfacciones y no os hace sufrir. Simplemente tienes que comprobarlo en ti mismo y ser exigente con los resultados. Y si, sorprendentemente, dejas de tener el vientre hinchado, estreñimiento, ardores de estómago, digestiones pesadas o cualquier otra dolencia digestiva, o tus problemas de espalda, dolores, problemas de piel, dificultades para obtener un peso óptimo, capacidades físicas deportivas… mejoran drásticamente, tendrás elementos de juicio para elegir cómo seguir a partir de ahí.
Ahora mismo estarás preguntándote si esa dolencia o problema tuyo podrá mejorar o solucionarse de este modo y buscarás si se encuentra en la clasificación anterior. Yo, al menos, lo estaría haciendo. Pero no tengo una respuesta de sí o no. Prueba y sé exigente con los resultados. Es más que probable que tu estado de salud en general mejore más de lo que te imaginas.

Añadir alimentos.

No me refiero aquí a incluir alimentos con características nutricionales especiales que puedan mejorar tu dieta. Ya ves que estamos diferenciando entre alimentos de calidad y los que no la tienen, y no entramos en puntuar como mejores o peores esos alimentos de calidad.
Me refiero a añadir alguno de los alimentos del grupo de los “malditos” del que hablábamos antes.
“¿Cómo?, pero, ¿no eran tan malos?”. Pues sí. Pero no. Me explico.
Debemos ser consecuentes y si consideramos la eliminación de un alimento en base a la mejoría que experimentamos cuando dejamos de comerlo, también podríamos jugar con algunas presentaciones de ese alimento, seguramente no muy comunes, pero que podrían sentarnos bien. Y, sobre todo, que nos librarían un poco de la posible sensación de límites en nuestra dieta.
Vamos al meollo de la cuestión y así te aclararás de lo que te hablo. ¿Qué tal si, una vez que lleves al menos un mes con una dieta estable y disfrutando de tu mucho mejor salud en general, incorporas un día un queso de oveja y/o cabra a partir de leche cruda? Pues no lo sé. Tendrás que probar y ser igual de justo que cuando dejaste de tomar lácteos. Busca la aparición de los síntomas antiguos que ya solucionaste y, de encontrarlos, mala suerte, los lácteos te sientan como un tiro.
Has de prestar atención a las cantidades. Evidentemente no es lo mismo comerse el queso entero que un par de porciones, porque, como decía Paracelso, “la dosis hace al veneno”. Ahora bien, has de mantenerte siempre dentro de los límites en los que no eres capaz de percibir ningún síntoma y ser exactamente igual de justo contigo mismo que cuando hacíamos pruebas para decidir qué alimentos nos sentaban bien o mal.
Fíjate, te he hablado de quesos de oveja y/o cabra elaborados a partir de leche cruda. Éstos son los que más posibilidades tienen de sentarte bien. ¿Los motivos? Aparte de los puramente empíricos, si teorizamos veremos cómo se adapta perfectamente a aquello que podríamos llamar nuestro paradigma evolucionista que eliminaba alimentos modernos y/o procesados: la cabra y la oveja son dos especies domesticadas mucho antes que la vaca, por una parte, y el partir de leche cruda nos evita el procesamiento del pasteurizado que complica un poco más las cosas haciendo que aumenten las posibilidades de que algo te siente regular, por otra.
Seguramente estarás dando saltos de alegría si eres un amante de los quesos ante esta posibilidad. Es fácil, sólo tienes que comprobarlo. Pero, ya te digo, primero mantente durante un mes “limpio” para ser más consciente de los posibles cambios a peor en algunos aspectos de salud. Y ya ves que antes no considerábamos saludable la hinchazón abdominal, el despertar con más mucosidad de la habitual, el estreñimiento o el aumento de peso, por citar alguno de los síntomas que habitualmente refiere un paciente al que los lácteos le sientan mal. No consideres baladí un catarro que comienza dos días después, un herpes labial o una semana con las lumbares un poco tocadas. Retoma la “buena” senda y, cuando hayan pasado al menos un par de semanas o tres, repite la experiencia.
E, igual que con los lácteos los derivados de leche cruda de cabra y/u oveja pueden ser aptos para ti, existen algunos otros alimentos con los que tal vez te merezca la pena probar. Por ejemplo la espelta o algún otro cereal “atiguo” y poco procesado como sustitutos del trigo.
E incluso, una vez estés en esa fase “limpia” después de al menos un mes, puedes ir añadiendo productos de la lista de los “malos malísimos”. Te puedo ir adelantando acontecimientos, si te parece. Con los lácteos la cosa no pintará nada bien y rápidamente volverás a olvidarte de ellos. El trigo parecido parecido. El arroz no te generará grandes problemas al igual que las legumbres, salvo que toleres mal la piel de éstas. Incluso podrás darte cuenta de cómo añadir azúcar o margarinas no te genera ningún tipo de síntoma.
Como ves no todos los alimentos generan una respuesta en ti tan clara como para ser tomada como indicativo de la necesidad de retirarlos o no. Esto ocurre habitualmente con el azúcar o la margarina, que no acostumbran a generar un cambio suficientemente grande como para ser tenido en cuenta pero que sin embargo son dos de los enemigos públicos números uno para los que disponemos de mayor cuórum científico como claramente nocivos para nuestra salud. Y es por eso por lo que mantener nuestro criterio a la hora de elegir unos alimentos u otros puede resultar incluso más interesante que nuestras propias percepciones en algunos casos. Podremos equivocarnos en algunos aspectos pero acertamos de modo general. Así que te resultará mucho mejor mantener ese paradigma del que hablábamos y prescindir de todos estos alimentos.
Ésta no es más que una pequeña ampliación sobre lo que acostumbra a ser la realidad de cada uno de nosotros que permite ampliar tus límites gastronómicos, fundamentalmente pensando en momentos puntuales en los que no seas tú quien gestione tus alimentos.
Y de eso va fundamentalmente este libro. De elegir primero qué alimentos y luego gestionar de la mejor manera posible su obtención.
Así que poco a poco vamos calentando motores para esa segunda parte. Podríamos titularla “Y cómo demonios consigo yo productos de calidad sin dejarme todo el sueldo en el intento?”

Compartes????? Gracias!!!!!!

23 comentarios en “«Pienso para humanos». Parte 8.

  1. Hola Carlos, me siento muy identificado en cuanto a las cenas. Llevo un tiempo que me sientan fatal y llevo siendo paleo, hace tiempo. Antes solía tomar mucha verdura, para cenar y la he tenido que reducir bastante, las proteinas igual, y la fruta cero! Estoy empezando a cenar muy poco, antes hacia, todos los dias ayunos de la cena a la comida del dia siguiente, y claro, las cenas eran abundantes. Ahora estoy empezando a desayunar casi todos los días y las cenas las reduzco al máximo. Estoy incorporando en las cenas algo de nueces y almendras, cinco o seis piezas de cada una, y no te creas que siempre me sientan bien. Voy a tener que probar días si, días no…. El queso crudo de cabra y/o oveja, me sienta genial (gracias a Dios, porque me encanta). Que opinion tienes de los yogures naturales o griegos?? lo digo por que estoy, pensando en añadirlos a la cena….
    Gracias y un saludo!

    • Hola David.
      Hay una cosa que olvidamos y que tal vez tenga algo que ver con lo que me cuentas: el sistema digestivo con el que partimos.
      Lo que dices suena a una situación inicial no ideal que hace que luego te enfrasques en una búsqueda algo más larga de lo normal.
      Tal vez por ahí vayan los tiros… No tanto por lo que comes sino por el dónde lo metes.

      Sobre los yogures… No tengo una opinión fantástica, fundamentalmente por su origen. Los haces tú? Los compras? Cuál es el origen real de la leche y de los animales?
      Tal vez con una leche (cabra oveja mejor) de animales en condiciones, y un proceso sencillo, el producto final sea razonable… pero ya ves que todo son problemas.

      Saludo!!!!

  2. Hola! yo llevo siete años probando dietas para mis problemas de inflamación intestinal hasta que he llegado a paleo. Una aportación: no sólo son los alimentos. Comprobado: los crudos son muy buenos pero por mi constitución delgadita y fría (vata según el ayurveda) me sienta bien la paleocomida cocinada y calentita…Las ensaladas serán muy paleo pero no siempre me caen bien. Así que llevo una semana con verduritas calentitas y poca fruta y voilá, estupenda! 🙂 Así que ahora mezclo ayurveda y paleodieta! Cada vez estoy más loca!
    En cuanto al queso de cabra u oveja crudo y esto es para el comentarista anterior, tras años de no probar un lácteo y ser el máximo exponente en trabajo y familia del odio hacia el líquido blanco, los he vuelto a incorporar y…me sientan bien. También tomo de vez en cuando yogurt griego de cabra ecologico de la marca Cantero de Letur, yogurt entero y kefir de cabra de la misma marca! Ahh y lo siento, todo lo puedo quitar, pero es que a mi una copita de vino tinto un par de veces a la semana o tres, me alegra la vida!!! 🙂 Y la felicidad es primitiva o no???

    • Hola Noe.

      Sobre los crudos o cocinados. Es algo bastante personal. Has de fijarte si te es indiferente o si hay diferencias de uno a otro. Tal vez sea una cuestión de longitud de intestino grueso: a más corto, más cocinados.
      Pero no suele ser el asunto fundamental. De cualquier modo, la idea de «todo crudo»… bueno… exagerada.

      Saludo!!!

  3. Hola Carlos. La mejoría más grande que yo noté fue la de eliminar los derivados del azúcar. Ahora me doy cuenta que estaba » enganchada», me generaban dependencia y me producía unos picos de glucosa brutales. Comía continuamente y una vez pasado el síndrome de abstinencia con la ayuda de frutos secos, me encuentro muy equilibrada. No siento ansiedad por la comida y aguanto muchísimo mejor. También erradiqué el trigo pero siento que lo del azúcar fue la clave de todo. Aún tengo unos kilos de más pero no me obsesiono, estoy bajando poco a poco y tengo la firme proposición de que sea el estilo de vida que llevaré para siempre. Y lo que invierto en comprar esos alimentos más caros, lo ahorro en medicamentos, je,je. Un saludo.

    • Hola Someone!!!!

      Pues genial. Cuando hablo de lo poco que se nota la retirada del azúcar, me refiero a un cambio radical y rápido en menos de una semana. Pero sí que es una de esas cosas especialmente procesadas y refinadas que merece la pena tener más que en cuenta.
      Pero ya digo…no es de lo que más se nota a corto plazo.

      Saludo!!!!!

  4. Hola Carlos. Acabo de toparme con tu blog y la verdad es que me está gustando bastante. Soy una chica de 17 años que hace un año dejó de alimentarse a base de pollo »convencional», pasta, Nocilla y McDonalds a empezar a preocuparme por la alimentación y la salud, y empezar a adorar las verduras y las frutas. Mi historia es muy larga y podría hacerte mil preguntas, pero lo voy a intentar resumir todo lo que pueda. En un principio decidí que definitivamente la pasta, el McDonals, y la Nocilla no eran buenos. Un buen paso. Luego me volví casi vegetariana, interesándome mucho por el crudiveganismo, y teniéndoles mucho respeto al colesterol y las grasas saturadas (lo que me llevo a, sin querer, perder bastante peso de golpe, teniendo en cuenta que ya estaba muy delgadita comiendo lo que antes comía, y perdiendo así la regla, que aún no ha vuelto). Había oído hablar de la alimentación Paleo, pero me parecía una locura loquísima. Vamos, ni planteármelo. Pero poco a poco encontré más información, y comencé a verle un sentido. Y ahora aquí estoy, con 10 kilos de carne de pasto recién metidos en el congelador, y tomándome dos huevos al día (hablando de huevos, que opinas de la cantidad diaria, ¿irrelevante?. Es que yo intento tomar algo de proteína animal en cada comida, y me apañas mucho, pero mi madre tiene un miedo… y eso de que coma carne roja todos los días… no lo lleva muy allá. Y claro, yo la entiendo, vamos a ver, hace unos meses estaba segura de que todo eso era malísimo. Pero ahora CREO que no, y como los huevos y la carne de ternera son las proteínas de mejor calidad que he podido encontrar y permitirme, pues las exploto… si no no sé que hacer. Y hablando de eso, el tema del pescado… vale, pesca extractiva, pero y el tema de la contaminción, que opinas sobre ello? En fin, que mejor que hace un año estoy comiendo, o eso creo, aunque sigo tomando muchos cereales (arroz integral, quinoa, amaranto, centeno, espelta..) y legumbres. Pero creo que mi salud no es la que debería ser… He pasado de un estreñimiento brutal a ir al baño todos los días pero no con la… como decirlo… »consistencia» idónea (lo siento por sacar el tema xD). Y sigo con dolores de estómago, gases… A ver, tomo también alguna porquería, pero lo menos que puedo. He pensado en intentar eliminar todos los cereales y legumbres por un tiempo, pero tengo dos preocupaciones principales: una, que con mi madre metiéndome miedo y algunas personas cercanas que son veganas y con una salud maravillosa también, caigo en la tentación de plantearme si puedo estar destrozándome la vida con los productos animales (aunque mi sentido común me diga lo contrario). Y otra, mi peso. Estoy intentando engordar como puedo, como muchísimo, me lleno hasta que no puedo más en cada comida, y tomo de 3 a 5 al día. Y aun así, me está costando muchíiiisimo engordar. Mi cuerpo es así por naturaleza, me cuesta ganar peso, y por consiguiente llevo un año sin regla. Me da cosa estar dañando a mi cuerpo de alguna manera. Me da miedo estar sobrecargando a mi estómago y que luego por eso no digiera bien las cosas. Como te digo, todo éste cambio que hice hace un año ha traído cosas muy positivas. Antes mis dolores de cabeza eran constantes, ahora ninguno. Antes iba al baño una vez a la semana, ahora, casi todos. Mi piel, de escamosa y con arrugas en la frente (si, con 17 años) a micho más hidratada y sin las arrugas. Así que supongo que al menos algo habré hecho bien….

    En fin Carlos, si has llegado hasta aquí, lo cual veo complicado, muchas gracias por leerme. Sé que no eres un médico, pero si pudieras darme algún consejo partiendo de todo lo que te he contado, te lo agradeceré. Aunque como bien dices tú, he aprendido de mi experiencia que no hay que hacer caso a nadie, porque realmente al final, la vida no es una ciencia exacta ni mucho menos. Pero ver opiniones de gente coherente siempre ayuda 🙂 La verdad es que podría preguntarte mil cosas más, pero lo voy a dejar aquí porque si has aguantado todo ese parrafazo, no quiero liarla. Y no te preocupes si no puedes/quieres contestar a mis delirios jajaja

    Un abrazo, estaré atenta a tus artículos! Y gracias ^-^

    • Hola Anónimo!!!!!

      Lo leí!!!! Claro!!!!!

      A ver. Por partes.
      Carne, huevos, pescado… Olvídate de cantidades. Calidad. Que corran y coman lo que les de la gana. «Salvajes». Es la clave.
      A partir de ahí, sin exageraciones en ningún sentido. Así no cometerás errores de bulto.

      Por otra parte. Tranqui. Tómatelo con calma. Es importante, pero la alimentación no es lo único. No varíes tanto. Pilla una línea coherente y síguela un tiempo.

      Lo de tu regla… es importantísimo. Para empezar, cuida mucho las grasas que comes. No escatimes. Pero tal vez deberías consultar a un profesional. Es algo que has de regular.

      Saludo!!!!

      • En lo de los animales… estoy de acuerdo contigo, pero es tan complicado conseguirlo! En fin, se hace lo que se puede. Y okey, muchas gracias. He hablado con »especialistas» pero lo único que me han dicho es que lo más probable es que la culpable sea ña pérdida de peso, y que tengo que seguir intentando engordar como pueda para ver si así vuelve. Pero claro, quien se va a fiar por ejemplo de un internista que te dice, pero que haces tomando ensaladas con huevos y garbanzos, y carne de pasto, y aguacate y cosas »dietéticas» de esas, es que así normal que no engordes, tienes que beberte varios litros de leche pasteurizada y llena de hormonas con colacao (o sea, azúcar) e hincharte a pan blanco!!!! Y entonces claro, pues, en fin, eso, que ay, duele X_)

        Gracias de nuevo

        PD: Por curiosidad, he leído por ahí que no te hacía mucha gracia lo de los productos del coco, no? Es que yo últimamente cocino con aceite de coco, pero básicamente porque aguanta mayores temperaturas, no sé… Y que opinas de las cosas que están apareciendo ahora por aquí tipo quinoa (que si no me equivoco, es una semilla y no un cereal) y semillas de chía, te parecen chorradas o las ves correctas? xD

        Chao 🙂

        • Por partes.

          Sí. Engordar…pero ni de broma de cualquier modo. Calidad. Calidad. Calidad.

          Coco… Jeje. Mira, todos tenemos una cultura gastronómica que no es más que evolución reciente. Fiarse de ella suele ser más que útil.
          Y, sencillamente, el coco no está en ella.
          Está bien comer coco (supongo…tal vez) pero no de modo constante. No convirtamos el coco en nuestro «trigo» por eso de estar en todos lados.

          Sobre todo: sin experimentos. Todo sencillo. Sentido común. Todo lógico. Sin excentricidades.

          Creo que la clave de todo es cómo empieza «Pienso para animales». Piensa en delfines. Y luego piensa en nosotros.

          Aceite de coco…y de dónde dices que sale??? Particularmente, prefiero, ya que necesito una grasa para cocinar, usar un aceite de oliva virgen extra primer día de cosecha y presión en frío. Si consigues lo mismo en coco… O en mantequilla…
          Se me antoja más difícil.

          Uf…ya ves. Todo muy matizable.

          No olvides que la clave no está en eso que se llama «superalimentos». No en nada concreto, es un conjunto de cosas. La dieta es algo muy global.

          …y algo muy , muy, muy complejo. Inabarcable en un blog.

          Saludo!!!

          • Por supuesto, calidad antes que variedad! Precisamente por eso lo que suelo comer todos los días es carne de pasto, huevos ecológicos, y de vez en cuando pescado »aceptable» que encuentro. Sardinas, caballa… Espero que eso esté más o menos bien… xD Y lo de la quinoa más que por superalimento es por encontrar carbohidratos que no sean harinas refinadas y no tomar patata todo el día, aunque quien sabe, puede que sea mejor tomar arroz y punto… o solo patata… no lo sé jajaja Bueno, y porque está muy buena, para qué engañarnos >.< Y en cuanto a grasas de calidad…. aparte de coco, que no sé si se considera de calidad, tomo aceite de oliva virgen extra, frutos secos, huevos, salmón salvaje si lo encuentro, mucho aguacate… Alguna otra grasa que me recomiendes?

            Y por último (lo siento un montón, si te hartas no hace falta que me contestes más, no me voy a enfadar ni nada xD), supongo que depende de cada persona, pero como estoy viendo que para engordar necesito ingerir bastantes calorías, suele ser recomendable hacerlo en menos comidas, muy grandes, o en las típico 5 comidas, no tan grandes?

            Un abrazo y prometo no preguntar más!! (al menos en éste artículo… que en todos los demás seguro que me surgen preguntitas, sobre todo en las recetas tan ricas que estoy encontrando :P)

            • Hola!!!!

              Por lo que cuentas, parece todo muy razonable.

              Me preguntas sobre el coco. Es lo que comentaba antes, las dificultades para determinar exactamente su procedencia y las elaboraciones que tiene. Particularmente, prefiero el coco sin procesar, entero.

              Numero de comidas. Tema complejo (lamento que el blog dé para lo que dé). Yo me fijaría más en qué es lo que mejor te sienta, más que en si puedes coger peso más fácilmente de un modo que de otro. De cualquier modo, seguramente podrás ingerir mayor cantidad de comida si comes varias veces.

              Saludo!!!!

  5. Hola! He visto tu huertico y me he enamorado!!!!! Soy de Madrid, vivo en un piso bastante pequeño, pero bueno, tengo ventanas…. no tengo ni idea de plantar cosas, pero tengo tantas ganas de hacerlo XD Quería preguntarte, de lo que has plantado tú, que dirías que es lo más fácil de mantener y lo que más resiste para que pueda probar en alguna maceta en la ventana? Y dónde se pueden comprar las plantas o semillas que se necesiten? Mil gracias 😀

  6. Bueno, bueno, Carlos, estaba dándole vueltas a todo esto de la calidad de los alimentos, de la dieta Paleo, de… ¿cazar? Vale, admito que la caza no me hace ninguna gracia, al menos si es para colgar animales disecados en las paredes, pero… realmente, se acerca mucho más a lo que comeríamos en nuestro estado natural que el pollo, la vaca… y demás animales »domesticados». Y entonces…. por qué no comprar carne de caza? Eso sí que es natural y de pasto y de todo. ¿no? Digo yo, vamos, puede que se me esté yendo la pinza completamente y que mañana me vaya a pescar a una autopista cercana, pero… le veo sentido. Y he encontrado, por ejemplo, ésta página: http://www.sierratrade.es/es/, que no sé que tal estará, si conoces algo interesante cuéntame.

    Alguna vez has comprado este tipo de carne? O es algo obvio y yo soy tonta? O es una locura por razones que desconozco? Ay, madre mía, esto de querer vivir como una cavernícola en Madrid se me va de las manos XD

    • Es una opción!!! Y ésta me gusta mucho!!!

      Ojo, cuando se habla de carne de caza, casi casi casi siempre se habla de razas cinegéticas pero cebadas.

      Sin embargo la página que me enseñas no!!!! Fantástico.

  7. Utilizas miel cruda y sin pasteurizar ni refinar? He oído que, al igual que con el aceite, hay mucha diferencia entre una miel así y una normal, aunque sea natural, o ecológica, o todo junto… Pero me ha sorprendido que no hayas hablado nunca de la miel cruda, cuando intentas que todo sea lo más cercano a su forma »no refinada» posible.

    Un saludo y gracias!

    • Hola Anónimo.

      Uf, los contenidos del blog ahora mismo son inmensos, y más dedicándome a colgar libros….

      Seguro que en algún lado he sacado el tema de la miel. Creo!!!

      Te cuento. La miel que uso es comprada directamente al apicultor, de cosechas pequeñas, con total seguridad de que no tienen tratamientos las colmenas y sin procesamiento alguno. Absolutamente pura. Si te fijas en los botes o en la propia miel, verás que suele estar cristalizada, algo que, de estar calentada por algún procesamiento… como que no.

      Busca apicultores particulares. Y pregúntales exactamente por las medicaciones que usan para los enjambres.

      En mi caso lo tengo fácil… en su momento en casa llegamos a tener una docena de colmenas.

      Saludo!!!

  8. Hola Carlos!

    Cuál es tu opinión sobre el boniato? He oído por ahí que es una buena alternativa a la patata… ¿cómo lo ves?

    Es que me cuesta encontrar carbohidratos aparte de la patata y las frutas. Boniato, yuca…. y que más?

    Un saludo y gracias!

    • Pues mira. Para mí es muy importante tener el máximo control sobre los orígenes de los alimentos, además de que «cumplan» el paradigma evolutivo.
      Por eso, y porque no forma parte de nuestra cultura (al menos la más reciente), la batata… Aunque sí que es verdad que parece muy interesante.
      Son solo distintos puntos de vista. Pero que surgen cuando sí que tienes patatas de casa o plantadas por ti, y no tienes batatas.

      Saludo!!!

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